Desperté del sueño más dulce
Desaté los nudos que me estrangulaban.
Y no estaban
Se esfumó el dolor y la pena,
con un golpe de frio en la cara.
En la noche heladora de invierno
Con resaca de amores al alba
Tuteando a la pena negra
Sonriendo a la sombra mala
Cantando muy suave, muy quedo
Con el corazón haciendo palmas
Con el pecho hinchado en suspiros
Con lágrimas agazapadas
Desperté a mis musas con prisas
Y si estaban¡¡
1 comentario:
es una suerte que lasmusas nonos abandonen...sobre todo cuando mas las necesitamos...
bonito post...
un abrazo
y feliz navidad...
:-)
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