Llegaron de madrugada, iban vestidos de blanco, apenas puedo recordar que ocurrió aquella noche, me amarraron con un gran corsé blanco, que me impedía moverme La voz de uno de los hombres que me hablaba, pero yo no les entendía. Un pinchazo en el brazo y después miedo mucho miedo, vacío, nada.
Desperté en una habitación blanca, una mujer vestida de blanco me sonreía con una sonrisa blanca, notaba el sudor empapando mi cuerpo, intenté moverme pero fue inútil.
La mujer de la sonrisa blanca seguía sonriendo, yo trataba de decirle que me desatara, pero no me salía la voz, la mujer de edad indefinida parecía sacada de una postal antigua, en blanco y negro.
Se acercó con una toalla y me secó el sudor de la cara. Empezó a hablar con dulces palabras que no puedo recordar, me acarició la frente, con ternura, sus ojos que eran grandes y azules, tenían la transparencia del cristal, me arrullaban…fue entonces cuando me quede dormida.
Desperté y ella seguía ahí, escudriñando mí cara, seguía sonriendo, nada había cambiado, su bata blanca, su sonrisa blanca, sus ojos azules.
_ ¡Dios Mío¡ esto es la antesala del cielo , y esta mujer, es el ángel custodio que me cuida a la espera del pase celestial.
En estos momentos yo estaba más lúcida. Recobré un poco la voz, la justa para poder hablar con ella.
¿Quien eres? ¿Dónde estoy? , ella no respondía, solo sonreía con su sonrisa blanca.
Me acercó a los labios un vaso de agua, yo agradecido abrí la boca para beber de su mano.
En ese momento abrieron la puerta de un portazo, y se escuchó la voz de un hombre muy enfadado que gritaba.
¡Pepita ,ya te has vuelto a escapar ¡ Voy a tomar medidas contigo, a la próxima te encierro en tu cuarto y te dejo amarrada, como a ella !.
_ Y me señaló a mi_
Sigo aquí, en la habitación blanca, con el corsé blanco
No está la mujer de bata blanca, de sonrisa blanca…de ojos grandes y azules. Seguro que está en una habitación como la mía “blanca”.
Y yo...sin mi ángel custodio y sin esperanza.
Olvido
..
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