Hueles a roble viejo con motas de agua clara,
me sabes a mar abierto a salitre, y alborada.
Tu barca se siente sola fondeada en la desgana,
sin viento que la lleve, sin rumbo que le marca.
Con penas en la proa, con cuerdas en el alma.
¡Suelta el trapo de tus velas, pon el destino a tu rabia!.
¡Rasga la espuma del agua, con la quilla de tu barca!.
El viejo viento del norte apuesta contigo rachas.
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