9/7/08

TREINTA METROS


Es el piso de mis sueños, me he pasado todo el año buscando,¡pero por fin lo encontré!, estaban esperándome sus treinta metros cuadrados. Es gratificante el hedor que despiden sus paredes. Estoy satisfecho con la compra, es justo lo que andaba buscando, no tiene buenas vistas al exterior, sus ventanas dan a un callejón bastante oscuro, pero es perfecto, el edificio solo tiene tres vecinos muy mayores que no conozco.
Se perfectamente que esta casa tiene una historia terrible de crímenes sangrientos sin resolver, asunto que intentó ocultar el agente de la inmobiliaria. El olor del ambiente es embriagador, mis papilas gustativas empiezan a segruegar una salivilla agridulce, premonitoria de mis futuras apetencias. De cualquier modo solo le voy a usar de noche, el resto del día duermo.
La luz me hace daño.

Olvido

2 comentarios:

JR dijo...

Vuelve ardiendo el verano
en estas brasas de infancias,
arden las estrellas en su cielo de carbón,
arden los montes,
la sed del fuego.

Arden nuestros cuerpos acostados
en las arenas de las playas,
arde el centro de nuestro mundo,
ardiendo nuestros ojos,
buscando consumirse en el oleaje.


disfruta tu verano

Anónimo dijo...

Bonito relato y muy buena la imagen ;)

Un abrazo!