Argamasa de sudor y cuero.
Asfalto asfixiado en brasas.
El calor, pilota el viento.
El campo agoniza en llamas.
Los ojos dureza de cuarzo
inyectan reflejos de plata,
Gritos, sirenas, lamentos.
Puños reclaman venganza.
Testigo mudo el cielo,
ciego que no ve nada.
Como notario el aire,
que lo sabe y se lo calla.
Olvido
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